¿Es el running un deporte de riesgo? La respuesta es que todo depende de quien lo realice y como se realice. Está claro que el tirón de esta práctica deportiva es imparable, y que la facilidad de ponerse a practicarlo, solo necesitas unas zapatillas y salir a correr desde la puerta de casa, hace que muchas personas
empiecen sin pararse a pensar si es un deporte adecuado para sus características.

Nuestra recomendación, ponte en manos de un profesional antes de ponerte a correr. Una frase que siempre les digo a mis clientes cuando me preguntan es la siguiente, “Ponte en forma para correr y no corras para ponerte en forma”.
Por un lado está el riesgo cardiovascular, para ello, la mejor medida preventiva es realizarse una prueba de esfuerzo. Esta prueba consiste en correr en una cinta empezando a un ritmo lento e ir aumentándolo progresivamente a la vez que se realiza un electrocardiograma y se registra el consumo de oxigeno. La prueba debe realizarla un medico especialista en medicina deportiva o un cardiólogo, y determinará, entre otros datos, si tu corazón está preparado para realizar esfuerzos intensos. Estas pruebas tienen un coste de entre 80€ y 150€ dependiendo de los datos que quieras obtener.
Si no realizas la prueba de esfuerzo, existen predictores del riesgo cardiovascular a la hora de hacer ejercicio. En la guía de la campaña “Mujeres por el Corazón” editada por Women´s Health, encontrarás un cuestionario que permite calcular el riesgo cardiovascular a través de una serie de parámetros como son la edad, los antecedentes familiares, nivel de colesterol, nivel de glucosa en sangre, el tabaquismo, el peso corporal y la práctica del ejercicio. En el siguiente enlace podrás descargar la guía. Guia_Cuidate_Corazón

A partir de definir el riesgo cardiovascular que puede entrañar un ejercicio intenso como el running debemos establecer un programa donde vayamos aumentando de forma progresiva tanto la cantidad de tiempo que corremos como la intensidad, de cara a ir adaptando al organismo a un esfuerzo aún mayor.

Otro de los factores de riesgo del running tiene que ver con la salud articular, (rodillas, tobillos, caderas, espalda). Para ello es fundamental complementar el entrenamiento de carrera con ejercicios de fuerza, ya que los impactos de cada zancada cuando corremos requieren de una adecuada estabilidad en cada articulación, que va a ser proporcionada por una musculatura adecuadamente acondicionada.

En definitiva, no podemos considerar el running una actividad deportiva de riesgo, pero para practicar cualquier deporte debemos valorar previamente si nuestro organismo esta preparado para el mismo, y a partir de aquí debemos entrenar y establecer una progresión adecuada a nuestras características.